Leo: El profesional

¡Cuenta una historia! Algo sobre el trabajo….

Un día entraron dos hombres en Al Escenario para realizar una inspección laboral.

Fueron muchas las noches de tormenta que se encadenaron sucesivamente en estas semanas. El tiempo castigaba al sopor del calor agobiante con una furia desmedida; con aguas torrenciales y truenos agresivos; que como toda tormenta luego trajeron la calma.

Los inspectores llegaron durante esos días de tormenta y comprobaron cada piso en busca de anomalías. Los nervios estaban a flor de piel, no es agradable recibir a quien te juzga y puede castigarte. Todo parecía limpio, en orden, la música sonaba y los tipos parecían no querer buscar exhaustivamente….

El jefe habló con el camarero, y el camarero sirvió a los señores un par de vinos bien repletos; “Si quieren saber si el producto está en orden, nada mejor que probarlo”. Hubo conversaciones legales, interrogaciones sobre contabilidad…, generalidades que para ellos eran rutina. Por dentro se respiraba calma, de quién no tiene nada que ocultar.

Sin embargo, no estaba todo en orden en el local, un trabajador no estaba en nómina; y todos lo sabían; había un compañero que durante esas tormentas se quedaba bajo la lluvia; tenaz y vigilante.

“¿Todos sus trabajadores están en regla?” La pregunta del millón. Todos se miraban nerviosos pero la respuesta afirmativa del jefe contentó a los señores del gobierno. Tras consumir todo lo que se les había servido y escuchar gran parte del concierto; se fueron bajo la lluvia con sus largas gabardinas y sus maletas de cuero. Mientras salían corriendo un hombre con gorra de piloto y traje les señalaba su coche. Ellos apenas le miraron, con un gracias y unos cuantos pesos les pareció suficiente.

Se metieron en el auto, encendieron las luces y se fueron a sus casas. Sin saberlo habían conocido a otro trabajador un tanto irregular del local.

Leo. Uruguayo. Piloto, chófer y guardaespaldas. Protege desde la puerta la llegada de los carros y sus pasajeros, impacientes por disfrutar la noche, una cena, un cóctel y algo de espectáculo. Bajo el frío invernal o el caluroso verano se ocupa de atender la llegada de los invitados, cuidar sus preciados autos, contar alguna anécdota familiar y tomar un vino bien merecido al final de la jornada laboral.

Le deseamos por lo tanto, entre compañeros y aprovechando la fecha, un feliz día del trabajador.

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