O ríes u odias

La otra noche tras un duro día de trabajo en Al Escenario, un cantante me dijo antes de irse una frase muy resabida:

-“Las cosas no valen sino lo que se las hace valer”.

A mí ese dicho me sonaba mucho, y cuando el guitarrista salió de la puerta permanecí meditabundo tras la barra interrogándome sobre mi familiaridad con aquella afirmación.

Ese reposo físico duró poco tras el azote de la responsabilidad sobre mí, una consciencia fustigadora como un látigo que me recordó que había muchos platos por agarrar de las mesas.

El local ya estaba vacío, pero son pocos los que tienen la imaginación para ver que la noche continúa cuando acaba para algunos.

Fui a la mesa del guitarrista quien humildemente se había pedido una copa de vino y una tosta de Moliere (invitación de la casa claro); levanté su plato y mi sorpresa fue mayúscula al ver un billete de dos ceros que había dejado de propina. No diré la cantidad, pero era un billete nuevo y colorido.

Me fui a la barra sorprendido y pensé en su frase «Las cosas no valen sino lo que se las hace valer»….

Sin duda ese Moliere debía estar buenísimo (la verdad tenemos muy buena cocinera) porque tampoco es que el músico y yo tuviéramos una gran conversación entre nosotros. Y sin embargo recuerdo decirle bromas, poque ese es mi estilo, quitar hierro a la seriedad de la vida con humor, porque estar cabreado cansa mucho. Esta noche además nos había tocado un ‘público exigente’ de modales ‘refinados’.

Castigat ridendo mores” (Corrige las costumbres riendo); pensé e hice.

Continué con mis labores y noté la enorme cantidad de platos que habían salido para cenar. Normalmente la gente opta por unos tragos y listo, pero hoy vinieron con hambre. Me fijé en una mesa donde una señora me había indicado que una de las brusquetas que le habíamos servido no era de su agrado. Yo diligentemente le indiqué que se lo retiraría para servirle otra cosa, pero ella dijo que no era necesario.

Observo que su plato está vacío, ni siquiera sobraron migas.

Pensé que “La hipocresía es el colmo de todas las maldades”.

Me dirigí a la cocina y tras anunciar la alegría de nuestra última propina, mi compañera me dijo que era necesario comprar más jamón para mañana.

-¿Cómo es posible? Lo repusimos hoy mismo.

-Pidieron muchas tostas esta noche, muchas de Moliere….- me dijo.

Volví a pensar en todas esa frase….

Y quien no se haya dado cuenta ya, le diré que:

“Nunca se dio el caso de conquistar un corazón por la fuerza”.

FIN

 

2 comentarios sobre “O ríes u odias

  1. Molière lleva a su culmen la comedia de costumbres y la comedia de carácter, con sencillez. El Molière de Al Escenario, lleva ingredientes tan comunes como universales pero su riqueza viene del touch gustativo particular y original dado por su creadora apuntando a una cocina natural y artesanal con personalidad . El Molière se lleva el éxito de la carta ? Obvio !

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